No y yo, de Delphine de Vigan

Lou Bertagnac tiene trece años: su familia vive encerrada en un silencio oprimente,y en la escuela su inteligencia precoz la ha llevado hasta una clase avanzada. Incapaz de establecer ninguna relación, Lou pasa la mayoría del tiempo coleccionando palabras, soñando con un beso y observando las emociones de los demás en las estaciones de tren.

Y es aquí, en la parisina estación de Austerlitz, donde Lou conoce a Nolwenn (No), una joven sintecho solitaria y rebelde, con la ropa sucia y la expresión cansada de tanto cuestionarse el mundo. En medio de la locura de la ciudad, No y Lou construirán una amistat que tal vez conseguirá cambiar sus vidas y reducir la injusticia y la miseria del mundo.

Novela de aprendizaje, No y yo relata con el tono justo y sentimientos sinceros, un sueño adolescente sometido a prueba por la realidad.


Fuente: traducción de la contraportada de Edicions 62

Me cuesta encontrar las palabras para describir la cruda realidad de esta novela. Para transmitir su mensaje de cambiar el mundo a pesar de todo y de todos, de marcar la diferencia, de enfrentarse a las normas.

Lou, una joven precoz, conoce a una chica vagabunda a raíz de un trabajo para la escuela y, contrariamente a lo que pueda parecer, se establece entre ellas una profunda amistad que cambiará sus vidas y las de quienes las rodean. Lou se adentra en este mundo, en un mundo paralelo al nuestro, donde cientos de vagabundos se apiñan en los suelos de las ciudades, bajo los puentes, etc, sin que nadie les preste atención, sin que nadie parezca verlos.

Lou decide llevarse a No a casa, una casa marcada por la tragedia, con una madre casi inexistente y un padre que fuerza su voluntad para salir adelante. Una casa que con la aparición de No, paradójicamente, se montará de nuevo en el mundo, y volverá a vivir.

Pero esta no es una historia feliz, no es un libro fácil con un bonito final. Es un libro duro, crudo, para replantearse las prioridades, los ideales y los prejuicios de cada uno. Es un libro triste, abrumador, que te hace sentir impotente. Pero aún así, cuando termina, te das cuenta de que al menos Lou sí ha cambiado tu mundo.