El contador de historias

Escuchad. Dejad que os guíe en un viaje hacia los confines de la imaginación. Dejad que os cuente una historia...

Así empieza a hablar Osama, el hombre recién llegado a Beirut que a lo largo de estas páginas nos desvelará los secretos de su estrafalaria famlia y muy en especial del abuelo, un hombre que había dedicado su vida al ilustre oficio de contar historias en bares y mercados. Nadie como él sabía hablar de héroes y villanos, de princesas y esclavas, de tesoros ocultos en ciudades encantadas; nadie sabía mezclar tan sabiamente los hilos de la realidad y la leyenda; nadie, en fin, mejor que él para hacer de la vida un cuento magico. Osama decide seguir los pasos del abuelo y El contador de historias es su manera de llevarnos a un mundo donde todo es posible, incluso la felicidad.

"Si te apasionan las historias de amor, lee El contador de historias. Si prefieres las aventuras, lee El contador de historias. Si lees para estar informado, lee El contador de historias. Si sólo lees los clásicos, también disfrutarás con El contador de historias. Rabih Alameddine es nuestro contador de historias y muy pronto todo el mundo sabrá pronunciar su nombre".

Bienvenido a Las 1001 noches del siglo XXI...

Y es que no se puede resumir tanto en tan pocas líneas esta preciosa novela. Novela que, es cierto, contiene historias de amor, de aventuras, historia real, mitología clásica, filosofía...

Osama, llega al Líbano del que se fue hace unos años cuando estalló la guerra, para velar a su padre moribundo. A partir de aquí, nos va desgranando poco a poco, por una parte la historia de su familia, desde sus bisabuelos y, por otra, todas las historias que su abuelo el hakawati (contador de historias) le explicó cuando él era pequeño.

Al principio el libro puede parecer confuso, porque combina cuentos dentro de cuentos contados a partir de otro cuento... Pasamos de la guerra del Líbano, a historias biblícas, cuentos de héroes populares y pasajes de El Corán con una velocidad pasmosa... Los cuentos, tan alternados, no se conluyen hasta casi el final de la novela (quitando algunas excepciones) y por eso puede parecer difícil al principio saber quién nos está contando qué o por qué lo está haciendo. Peor no importa, lo que cuenta es dejarse llevar y nadar por el cariño, la ternura que desprenden todas las historias, todos los personajes.

A nivel formal, me parece una novela excepcional, puesto que cada cuento y cada personaje que desfila por ello, precisa de un lenguaje y un contexto diferente, que el autor aborda siempre a la perfección. Todos los personajes, todos, son profundamente analizados, sean reales o no. Los datos históricos sobre el Líbano son ciertos, los pasajes religiosos están narrados con la objetividad que necesitan, los cuentos tradicionales son exquisitamente narrados...

Recomiendo mucho este libro y me alegra enormemente haberlo leído porque, estoy segura, dará mucho que hablar