Cuatro amigos, David Trueba

Nº páginas: 334
Año de edición: 1999
Editorial: Anagrama
Autor: David Trueba

Detras del desmadrado viaje de vacaciones de cuatro amigos veinteañeros, se esconde una historia de amor. El protagonista se suma a la juerga continua y al gamberrismo andante de sus inseparables compañeros tratando de huir del recuerdo de Bárbara, pero cada paso le acerca más a ella, al amor de su vida. La exaltación de la libertad, de la juventud, de la adolescencia eterna termina por recordarles que todo se acaba, que tras las carcajadas asoman las frustaciones. Cuatro amigos es el relato agridulce del final de una época, de una edad. David Trueba reincide con su segunda novela en el contraste de tonalidades, entre la pura comedia disparatada y el más desatado romanticismo, y despliega de nuevo su talento narrativo en un espacio muy poco transitado en la nueva literatura española.

Peronalmente, me lo compé por tener una lectura ligera y fácil para mis eternas siete horas de "prácticas". Leer como una panda de adolescente hormonados se lo pasan bien mientras yo estoy aquí encerrada tiene que estar entretenido, pensé. A veces soy un poco masoca. Además, acababa de leerme otra novela con el puntito gamberro, como es el caso de Lo mejor que le puede pasar a un cruasán y no tenía muchas expectativas puestas en este libro más adquirido por puro azar que por otra cosa.

A lo que vamos. Tras un título que nos recuerda a la típica peli veraniega que transcurre en Carolina del Sur, David Trueba nos devuelve a la realidad con la frase que introduce el primer capítulo: “Siempre he sospechado que la amistad está sobrevalorada. Como los estudios universitarios, la muerte o las pollas largas”.

Y me encuentro con que no hay rastro de personajes adolescentes, sino casi treintañeros anclados aun en su adolescencia, que aun esperan justificar sus locuras sin que el resto del mundo se empeñe en juzgarlos. A veces la mejor forma de afrontar la realidad es tomando carrerilla. Y eso es lo que hace el protagonista con sus amigos.

El libro cuenta el viaje que durante quince días realizan Solo y sus tres amigos: Blas, Claudio y Raúl. Solo acaba de dejar su trabajo en un periódico, se siente acomplejado ante la perfección de sus padres y no ha superado su último noviazgo. Claudio es el típico chico guapo y vacío. Blas, acomplejado por su exceso de peso, se relaciona con las chicas de un modo diferente al resto, escuchando sus penas, mostrándose comprensivo… con la esperanza de llevárselas a la cama. Por último, Raúl, adicto a cualquier clase de práctica sexual y padre prematuro de gemelos que no para de recibir llamadas de su novia gritándole que vuelva a casa. Entre todos alquilan una apestosa furgoneta y planean realizar un viaje sin rumbo. Pero en el camino se encuentran a ellos mismos a las puertas de la edad adulta. Y eso duele…

El texto se divide en tres partes: Veinte mil leguas de viaje subnormal, Solo en ninguna parte y Es tan duro vivir sin ti o milonga triste.

He leído por ahí que el libro peca de ser “demasiado realista”. ¿En serio nos vamos a quejar de eso? A mi es lo que me ha enganchado y hasta lo que me ha hecho llorar (lo cual lo relaciono mas a sentirme identificada con una de las historias que porque sea emotivísimo). Y sin esperarlo, superó al anterior libro que leí.
Tras un título tan poco suculento se esconde una historia llena de humor, sexo tan poco idealizado que hasta da grima y como no, melancolía y amor a partes iguales. Puta sensiblería. Me contagia…

Mmmm, interesante...